Te pareces tanto a mi que la similitud me enloquece, me embelesa tal cual si yo misma me estuviese enamorando de mi belleza, el contorno de mi cuerpo a tus manos me recuerda, y el contacto que define todo menos sutileza se despavila y me despierta de la magnitud de este proceso excéntrico que es hallarte contigo mismo, el parecido que encuentro en cada actitud presenciada, el orgullo y el ego a superar por alguno de nosotros es la naturaleza del mismo sentido que me provoca atracción irrefutable, que me convoca escribir poesía erótica en tu espalda, a rasgarla y a sofocarla entre las marcas que he de dejar en tu cuerpo, manchas de pasión, esas mismas de pura satisfacción, lo que denota no más que el poder mismo de nuestra propia atracción, siendo el reflejo mismo de mis defectos, de las virtudes y de la sensualidad que poseo, tomar parte de mi propia seducción me lleva al erotismo que estalla en mi interior y reluce en tu exterior, ese nudo incompleto que esta por desatar cuando ser insaciable me pertenece y comparto el delirio de nuestros cuerpos fugitivos, lo que va más allá del propio entendimiento para ambos en sólo actos instintivos...
Arianne....
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