
Crecí y al parecer la boca de esos sabios consejos comenzaba a tomar vida. Me enfrente y me vi impuesta un poco a pelear esas luchas frenéticas sobre comportamiento especifico de las mujeres; alguna vez escuche que lo hacían llamar "Reputación" desde ahí lo concebí y tras cada paso, aprendía cual era el significado de aquel concepto dado a una palabra tan extraña.
Una tarde llena de curiosidad me di a la tarea de comenzar a conocer a aquellos famosos hombres tan halagados y por todos mencionados, los mismos culpables de hacerme aprender la teoría sobre el comportamiento femenino, y me di a la tarea de buscarlos, mejor dicho: esperarlos, por que sin duda ellos fueron los primeros interesados en saber mi nombre y entablar una amistad duradera, -mientras les durara-, claro está, y no tuvo que pasar mucho tiempo para que otra palabra muy extraña apareciera entre nuestro vocabulario de pubertad, hormonas, "todo es hormonal" y de ahí se vinieron un sin fin de dudas que carcomían mi mente creando unas cuantas más para sofocar el manejo diario de las mismas, mi madre me decía que no cediera que una como mujer tuviera fuerza de voluntad para luchar contra ellas mismas y para no caer entre palabrerías de hombres que según ella decía:
Y así fue cuando caí en la realidad del mundo al que pertenezco y ante todo la realidad del sexo con el cual fui destinada a cargar y manifestar. Y no tardo en sucederme, y no tarde en ser la perdedora contra la lucha de una necesidad básica de cualquier ser, y en efecto: mi nombre comenzó a expandirse con una popularidad invencible, por cualquier sitio caminaba, era vista como alguien más a quien no conocían, alguien más a quien ahora juzgarían, pero sin importar aquellas fuertes teorías... mi actitud de indiferencia se contrapuso y para confesar más que realidad, probar aquello, apagó curiosidades y encendió necesidades, así que continúe probando y pasando de unos labios suaves a otros con ternura, de rostros bien parecidos como cuerpos fornidos, corrí entre brazos que me tocaban y otros que tan sólo me rozaban, probé distintos sabores de boca y arraigue todas mis anécdotas en el cajón de la experiencia "defectuosa", pero siendo una mujer que disimula sus tácticas, intenté a pesar de todo, pasar desapercibida por la sociedad que no transformaría su forma de pensar, su machismo en extremo creado principalmente por nosotras mismas, cuando el valioso sexo juzgado es quien nos juzga con más fuerza, y los hombres con su caballerosidad perdida creen envolver en tretas tontas jugarretas, que el universo no cambiará según mi ideología, cuando la de ellos dicta: "Si te acuestas con muchos: eres puta; si no te acuestas con nadie: eres frígida; si eres soltera: serás quedada y si usas a los hombres: una total interesada"
Así que comencé a ver mis planes de una manera más inteligente...
¿Que hacer si de cualquier forma yo sería juzgada?
Tener el control absoluto fue la respuesta, y fue así como continué tomando las riendas de estas contiendas de las cuales nunca saldría con vida, al final mi reputación estaría destrozada como la palabra misma "Re Puta", palabrerías extravagantes: ¡Pues a darle sentido a lo que lo tiene!
Mis seductores y pasionales hombres: así como ustedes desean y con táctica planean a una cama tirar para gozar de nuestros encantos, yo hago lo mismo, pero mantengo mi ritmo, los derrumbo contra el suelo para perderlos y manejo sus deseos, tal cual mi plan perverso de ensueño, yo insulto su hombría mostrando esta experiencia mía.