Estado Diario

Yo te quiero mío, así sin propiedad; yo te deseo en intimidad, así sin compromiso u otra facultad; yo te pienso encadenado, así con libertad, yo te tengo sin poseerte así con pensamientos que dicen realidad más que verdad.

jueves, 24 de junio de 2010

Mi Debate Sobre los Hombres.



Siempre he dicho que nunca cambiaría mi perspectiva, que mi forma de ser es tan plena que nada ni nadie me haría modificarla bajo ninguna circunstancia, pero leyendo citas textuales y la vil propaganda que se ensarta en nuestras mentes, ya que la forma de batalla con la soledad que desde hace tiempo se hizo mi amante, comenzó a abandonarme, hasta ella misma necesitaba un descanso de mi amarga situación, de mi poca fortuna en esto de las relaciones absurdas y mi forma de pensar para ver la vida girar y no detenerse, nunca parar, para que? No tiene sentido hallarnos en otros vicios, no tengo tiempo para detenerme a sostener alguna mano, para pensar y agobiar mi mente con ruidos extraños y mucho menos tiempo para sanar las heridas que me causen al final de esta historia perdida en algún cajón que nadie volverá a abrir, tan sólo yo y mi inmensa curiosidad del como pudo haber sido, así que para calmar esas tentaciones y esas formas que se creaban en mi mente tomando siluetas de rostros masculinos que sin duda llamaban mi atención de una forma muy superficial, durando el encantamiento hasta que ellos tenían el descaro de abrir la boca para hablar, me dejo hasta de atraer la sexualidad misma que ellos podrían proveer. Que si de sexo hablo, llega en el momento que lo desee. No es algo difícil de conseguir, es el placer con más facilidad que al alcance de alguien pueda acontecer.

Se los motivos por los cuales no he encontrado lo que busco, alguna vez supuse que era por que no sabía lo que buscaba, y mucho menos encontraría si continuara con la búsqueda, así que la abandoné vilmente y deje que la vida y el destino a quien le tengo fe ciega, me sorprendiera, lástima que el destino nunca me sorprendió de la forma en que yo esperaba, siempre encontrando por cualquier parte aquellos hombres que iniciaron este fiel y controvertido y también exhaustivo debate sobre ellos mismos.

Y para mi mala fortuna, comenzaron a llegar si medida un sin fin de nombres, iníciales que se presentaban y preguntaban la definición de mi misma para dar un mejor conocimiento ante ellos. La misma que jamás logré concretar, por mucho redactarla en mi mente, era imposible dar una descripción de lo que soy, ¿Cómo? Si ni siquiera yo lo puedo definir.

La lista fue larga, y no lo niego, me cautivaron más de una mirada, había perfiles encantadores que me atraían de una forma fuera de lo común y me hacían desearlos tan sólo para observarlos, por que más de ahí, era imposible si quiera tocarlos, estaban tan llenos de chatarra mental que me provocaban nauseas y me hacían comprometerme aun más con la soledad, rogándole no me abandonara, rogándole por favor y suplicando por una segunda esperanza a su lado.

Pero la soledad ya había tomado una decisión, se iba a marchar y me daba tan sólo una fecha límite para poder hallar en alguien aquella compañía que es necesaria para vivir, pero yo ya la había hallado en ella, no se por que el aferro a huir lejos de mi.

Y fue así como comenzaron los encuentros entre aquellos parecían interesantes, atractivos, buenos amantes, y a quienes el dinero brillaba y se desbordaba por su cartera a propósito a mi vista de mera casualidad simultanea mientras hablaban de vaga vida cotidiana.

Las anécdotas contadas parecían notas sacadas de alguna libretilla de un infante sumadas con la perversión de sus glorias con otras mujeres que también podría yo llamar adolescentes con arrugas y con experiencia en tan sólo sexualidad, interés monetario y hombres que se encuentren a alcance próximo a lo que ellas llaman un “buen partido”.

Y yo sonreía por compromiso, y yo reía por que dicen es descortés no compartir la risa cuando alguien más cree provocarla, y yo fingía interés por que la soledad cada vez más me amenazaba, me decía al oído, el tiempo corre y el límite de tus años se esta acercando.

-Si si. Lo se, le respondía con coraje y desesperación-


Así que llegando de cada pérdida de tiempo entre salidas incoherentes e impropias de una mujer como yo, de esas… de esas que sabemos que nadie comprenderá, de quienes por más que finjan nunca serán iguales a aquellas, que por más que quieran, nunca desearán serlo y por más que con ropa fina se vistan, se encontrarán sin maquillaje, sin tacón alto y con tan sólo un caro vestido de diseñador que les han obsequiado.

Así que al ver mi mala fortuna con los hombres superficiales que por razones absurdas y que hasta ellos mismos desconocían, salían conmigo, decidí engañar a la soledad para mantenerla un rato más a mi lado.

-Hago el intento, ¿Acaso no lo ves?-
-Estoy buscando al hombre de mi vida-


Hipocresía con la que yo hablaba, pero la soledad entendía que todo toma tiempo, que nada es fácil en estos tiempos.

Pero las pláticas sobre negocios, lugares extravagantes, ropa fina y una billetera desbordándose comenzaron a provocar nauseas incesantes.

Lo recuerdo a él, era el partido con quienes todas desearían pasar si quiera una noche en compensación a su falta de intelecto para poder conquistar a este hombre, que más que intelecto, yo lo llamaría falta de pensamiento. En mis memorias esta firme aquella escena, la salida exhausta estaba a punto de terminar y comenzó a charlar:

-Las mujeres se venden, nunca lo he comprendido, pero desde tiempos primitivos así ha sido, esta en sus instintos el creer que el hombre es superior a ellas en múltiples facetas-


Mi mente se encontraba en blanco, yo sonreía y ansiaba salir de aquel auto para poder llegar a revolcarme con múltiples hojas blancas, mancharlas, tener el romance más extremo que jamás haya probado y después quizá ser un poco infiel a mis letras para leer las de otros autores que sin duda son aún más perfectas.

Pero al escuchar eso, no pude evitarlo… un torrente de vomito literal de palabras escapo frente a su cara, y sin detenerme un segundo si quiera a respirar, solté todo aquello que me hacia repugnar lo que la soledad me obligaba a vivir y presenciar, y entre múltiples teorías que él no supo callar, revente hasta enloquecer para con un insulto terminar aquella charla que sería la última que me hiciera interponer mis intereses, mi forma de ver la vida, mis validas y sustentables teorías que no serían dañadas por algún macho que despertó con ganas de coger y creyéndose interesante lo lograría imponiendo su perspectiva en baratas palabras que me revientan la calma.

Y harta de todo aquello que había estado viviendo los últimos meses, toque las hojas en blanco, les propuse matrimonio sin petición a divorcio en ningún momento y ellas aceptaron solidarias a esta mujer que posee más de una visión para contemplar la vida.

Le dije a la soledad que si gustaba… era libre de marcharse en cualquier momento, -tal vez me quede en la nada-, le dije, pero no es necesario que me acompañes, nunca he obtenido nada, nunca he deseado algo más que no sea esta vil libreta y mis pensamientos filosóficos incomprendidos e intuitivos por la sensibilidad que toda la vida he conocido, así que puedes marcharte-

La soledad me observo con lástima, me acarició con sus manos frías y ásperas y me prometió mantenerse a mi lado por más de un próximo año.

No negaré que tras el tiempo me he enamorado, alguna vez conocí a un soñador que hacía rima con mi poesía, que hablaba con tanto intelecto que por ende me impresionó hasta hacerme perder la noción de mi motivo por existir, sus palabras me embelesaban y me hacía fugitiva de esta extrema exaltación de todos mis sentidos, era quien tenia teorías comprobadas como para venir a hablar de ellas en mi cara, era quien me retaba para promover mi ajuste de seguridad ante mi misma, ante el ego estructurado que mantenía intacto.

Pero bien dicen que dos soñadores son imposibles de mantenerse unidos, todo fue una ráfaga de buena fortuna y de una felicidad poco conocida en cualquier lugar.

Experiencias que son vivencias de diario, esas que son imposibles de renunciar, aquellas que son distintas y no se trastornan en más, yo las he tomado como fiel inspiración para compartir con quien me he comprometido a nunca fallar, de quienes me he enamorado sin hallar defecto, las letras y párrafos, los diálogos y versos son dueños de esta mujer que nació para ellos.

Siempre he dicho que no haría un trueque entre mis prosas por algún enigma de hombre, pero tal vez no se de lo que hablo, nunca he gozado de un hombre a plenitud que comparta más de una ráfaga de felicidad o que me limite a lograrlo observar, interesante, cautivante, por que sé, es necesario encontrar a quien comparta la filosofía de la vida y me haga desenvainar cada punto sustentable que he creado con mi perspectiva, se que mi excentricidad ha ahuyentado a cantidad de hombres, me ha evitado malos ratos y también ha desgarrado uno que otro desquicio de piel, pero la personalidad creada a base de pensamiento cerrado y comportamiento exagerado, no es algo que cualquier hombre pueda cargar, no es algo que se pueda cambiar o saturar tanto que termine por explotar, es una constante que se titula con mi nombre y apellido, es una nota que suena y retumba fuerte en cualquier oído. Pero al mirar retratos de otras mujeres, sin conocimiento de ellas, puedo definir el hueco encontrado en sus narices y en la boca que debería ser clausurada de por vida para no hablar desquicios exhaustivos que retrasan tan sólo el desarrollo y evolución de esta especie femenina. Que por ausencia de intelecto somos observadas como un utensilio básico y de placer claro, que por ausencia de autenticidad somos marcadas por lazos fuertes de juicios impertinentes. Que el día que encuentre a aquel hombre capaz de soportar todo lo que conlleva a una mujer pensante con formulas extravagantes, juro ante estas mismas letras que son mis dueñas, renunciaré a ellas para revelar el conflicto cesante de ese hombre que por ende no pertenece a ninguna categoría antes creada.

Que mientras yo continúe siendo la pequeña extraña que para pasar una noche con ella es necesario debatir sobre algo más que sexo, mantendré la excentricidad y regalare mi cuerpo, tan sólo a quien mantenga la forma de no llegar al aburrimiento aun antes de aquel primer encuentro.

Y aquí es cuando la soledad calla y sin refuta respeta este fiel pensamiento que la hace crecer mientras no cambie el contexto o modifique este universo inverso.

Arianne.

"Por que mi debate sobre los hombres consta de más de una teoría, más que la famosa búsqueda de un “buen partido”, más bien trata de todo lo que realmente las mujeres requerimos, corrección: lo que las mujeres pensantes decidimos".

1 comentario:

  1. Te admiro, primero que nada como ser humano, después como mujer... y finalmente como escritora.

    Me encantó esto; hermosa entrada en el diario personal de tu corazón. Digo esto, porque, a pesar de las pruebas científicas, yo siempre he creído que pensamos no con la cabeza, sino con el corazón.

    Espero, con todo mi entusiasmo, que el futuro de nuestra generación, esté poblado por mujeres como tú. De gente que se haga responsable de conocerse a sí misma, responsable de conocer lo que es, y se atreva a darle forma al mundo.

    Gracias por abrirte a tus lectores de esta manera. y sólo una cosa: la soledad es difícil, eso es innegable, pero si miramos hacia atrás, quién ha estado ahí sino ella misma, es la más fiel de todas las amistades, la esencial. Ya perdámosle el miedo y el coraje. Porque, como decía Buda, es el tesoro espiritual más grande.

    Todos deberíamos estar un poco más solos de lo que estamos.

    En todas, gracias por esto, te mando un abrazo, Ari.

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